Cuándo acudir al cardiólogo: señales que no debes ignorar

Muchas personas llegan al cardiólogo tarde. A veces llevan meses, incluso años, conviviendo con pequeñas señales del cuerpo que parecen inofensivas, pero que en realidad están alertando de un problema cardiovascular. En Clínica Samon creemos que no hay mejor medicina que la atención a tiempo. Consultar antes de que aparezca una urgencia puede cambiar el rumbo de tu salud.

Escuchar lo que el cuerpo intenta decirnos —aunque sea en voz baja— es una forma de prevención activa.

Algunas señales pueden parecer aisladas o tener explicaciones simples, pero no deberían ignorarse. El dolor en el pecho, ya sea una opresión al esfuerzo o una molestia extraña en reposo, puede ser la expresión de un problema en las arterias coronarias. Las palpitaciones, sobre todo si aparecen en reposo o generan malestar, pueden indicar una arritmia. La falta de aire que aparece al subir escaleras, el cansancio excesivo al hacer tareas cotidianas, los mareos frecuentes o los episodios de desmayo son síntomas que justifican una valoración médica cuidadosa.

Otros signos como la hinchazón de tobillos o una presión arterial difícil de controlar también pueden tener origen cardíaco, especialmente si se acompañan de otros síntomas o antecedentes familiares de infarto, muerte súbita o enfermedades cardiovasculares precoces.

No es necesario esperar a sentirse mal para acudir al cardiólogo. Si tienes más de 40 años, especialmente si eres fumador (o exfumador), si tienes diabetes, colesterol elevado, sobrepeso o haces poco ejercicio, es recomendable realizar una valoración cardiológica completa. También lo es en personas que han pasado por una infección viral como COVID-19 con síntomas persistentes, o que viven con estrés prolongado e insomnio, factores que influyen en la salud del corazón más de lo que a menudo creemos.

Hoy sabemos, gracias a modelos como SCORE2 y PREVENT, que el riesgo cardiovascular puede estimarse de forma precisa y adaptada al perfil individual. Esto permite no solo detectar problemas a tiempo, sino diseñar estrategias preventivas personalizadas.

En Clínica Samon no creemos en chequeos impersonales. Cada evaluación comienza con una consulta médica completa, donde escuchamos la historia de cada persona y sus preocupaciones. A partir de ahí, realizamos las pruebas necesarias según el caso: electrocardiograma (ECG), ecocardiograma (una ecografía del corazón), y cuando está indicado, una prueba de esfuerzo para valorar cómo responde el corazón al ejercicio.

Además, estimamos el riesgo cardiovascular a medio y largo plazo, teniendo en cuenta edad, antecedentes, presión arterial, perfil lipídico, hábitos de vida y otros factores clínicos.

El resultado de la consulta es un plan de prevención y seguimiento ajustado a los factores de riesgo individuales, con el objetivo de detectar de forma precoz alteraciones estructurales, eléctricas o funcionales del corazón.

La valoración cardiológica periódica permite no solo mejorar el control de enfermedades ya diagnosticadas, sino también anticiparse a complicaciones mayores en personas asintomáticas con riesgo elevado. Esto es especialmente relevante en mayores de 40 años, pacientes con hipertensión, diabetes, dislipemia o antecedentes familiares.

La consulta con el especialista en cardiología debe considerarse una herramienta preventiva, no solo una respuesta ante la aparición de síntomas. En el contexto actual, donde la prevalencia de enfermedades cardiovasculares sigue siendo la principal causa de muerte en el mundo, la detección precoz y el seguimiento estructurado son clave para reducir el impacto clínico y social de estas patologías.

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