Ejercicio físico y salud cardiovascular: herramienta clave en prevención y tratamiento de enfermedades cardiovasculares

El ejercicio físico es una de las herramientas más potentes, seguras y accesibles que existen para mejorar la salud cardiovascular. Está ampliamente demostrado que moverse de forma regular tiene efectos beneficiosos tanto en personas sanas como en quienes ya han sufrido un evento cardiovascular. En Clínica Samon consideramos el ejercicio como una parte central del tratamiento cardiológico, no solo como prevención primaria, sino como parte del proceso de recuperación y estabilización clínica.

En la población general, el ejercicio físico contribuye a una mejor oxigenación de los tejidos, fortalece el músculo cardíaco y mejora la circulación. Además, reduce la presión arterial, mejora el perfil lipídico (disminuyendo colesterol y triglicéridos), regula la sensibilidad a la insulina y favorece una composición corporal más saludable.

No menos importante, tiene efectos positivos sobre el estado de ánimo y reduce el impacto del estrés crónico, dos factores que también influyen en el riesgo cardiovascular global.

Para quienes ya han sido diagnosticados de enfermedad cardiovascular, el ejercicio adaptado mejora la capacidad funcional y la tolerancia al esfuerzo. Ayuda a controlar síntomas como disnea, palpitaciones o fatiga, mejora la adherencia al tratamiento y potencia la percepción de bienestar.

A largo plazo, se ha comprobado que reduce la tasa de nuevos eventos cardiovasculares y disminuye la mortalidad en pacientes con enfermedad coronaria, insuficiencia cardíaca o tras haber sufrido un infarto.

La prescripción de ejercicio debe estar individualizada. Las recomendaciones generales sugieren realizar al menos 150 minutos de actividad moderada a la semana, combinando ejercicios aeróbicos —como caminar, nadar o ir en bicicleta— con ejercicios de fuerza adaptados.

Sin embargo, no todas las personas parten del mismo nivel funcional ni tienen los mismos objetivos. Por eso, en Clínica Samon evaluamos la capacidad funcional de cada paciente con pruebas específicas y diseñamos un plan seguro y eficaz.

Además, cuando está indicado, en Clínica Samon contamos con enfermeros y fisioterapeutas expertos en salud cardiovascular para asegurar una progresión adecuada. La inclusión del ejercicio dentro del abordaje terapéutico requiere un seguimiento activo, adaptaciones progresivas y una motivación sostenida, lo cual puede marcar una gran diferencia en los resultados clínicos y en la calidad de vida.

El ejercicio no es solo una medida de prevención; es medicina activa. Contribuye a tratar, estabilizar y prevenir enfermedades cardiovasculares, y mejora de forma integral el bienestar físico, emocional y social. Empezar poco a poco, con pautas adaptadas y seguimiento profesional, es una inversión segura en salud. En Clínica Samon te acompañamos a incorporar esta herramienta con ciencia, personalización y rigor.

Scroll al inicio